¿Por qué preguntas? Hacer buenas preguntas en coaching
¿Alguna vez escuchó una pregunta y se preguntó si debía ser retórica?
A veces, una persona que hace una
pregunta ni siquiera le da tiempo a su audiencia para pensar, mucho menos
responder. Puede que realmente no estén interesados en escuchar otra opinión.
Pueden estar haciendo una pregunta para mostrar cuán inteligentes son, o
simplemente llenar el silencio antes de hacer su punto.
Hacer buenas preguntas requiere
realmente escuchar lo que otros tienen que decir. Cuando lo hacemos, podemos
entender cómo hacer preguntas aún mejores.
Los gerentes que desean crear una
cultura de coaching saben que necesitan modelar habilidades efectivas de
preguntas. Los mejores líderes saben que el secreto para hacer preguntas de
manera efectiva es escuchar.
¿Qué necesita saber?
Antes de tener una conversación
de coaching, debemos preguntarnos: "¿Cuál es la información que realmente
necesitamos saber?" y "¿Cuál sería la mejor manera de
obtenerlo?" Estas dos preguntas pueden ayudarnos a planificar cómo llenar
los vacíos de nuestra comprensión.
El lenguaje que usamos es
importante. Una pregunta como "¿Por qué cometiste este error?" es
probable que ponga al coachee a la defensiva. En lugar de comenzar la pregunta
con "por qué", podríamos intentar, "¿Cuáles son las razones...?"
O imagine preguntar: "Si tuviera que emprender un proyecto similar nuevamente,
¿qué haría de manera diferente?" Es más probable que ese enfoque
proporcione una discusión y una visión significativas.
Aun así, no queremos quedarnos
atrapados en encontrar las palabras perfectas. Incluso podríamos comenzar con:
"Puede que no esté haciendo esta pregunta de la manera correcta..."
si nos preocupa cómo responderá el coachee.
Dependiendo de la situación,
comenzar con una explicación de por qué necesita hacer una determinada pregunta
puede ayudar a generar confianza. Esta explicación debe ser breve. Algunas
palabras servirán: "Solo para ser claros..." "Por curiosidad..."
o "Así que estamos en la misma página ..." puede ser el truco.
Hacer buenas preguntas no es
difícil. Dicho esto, la práctica ayuda. A menudo, mejorar su efectividad es
simplemente una cuestión de romper los malos hábitos. Por ejemplo, una buena
regla a seguir es hacer una pregunta a la vez. Esto puede ser de sentido común,
pero no es una práctica común.
Menos es más
Es probable que obtenga mejor información si hace menos
preguntas. Esto puede parecer una paradoja, hasta que te des cuenta de que si
haces menos preguntas, tendrás más tiempo para escuchar las respuestas.
Cuando se hacen preguntas en una
progresión rápida, una tras otra, la conversación puede comenzar a sentirse
como un interrogatorio. Cuando las preguntas y las respuestas se complementan,
el diálogo adquiere un ritmo natural. Cuando hay una progresión lógica, todos
pueden ver su situación desde un punto de vista diferente y darse cuenta de
nuevas posibilidades.
Uno de los mayores desafíos para
el coaching es crear un ambiente seguro. Al tomarse el tiempo para escuchar y
hacer preguntas bien pensadas, los líderes pueden ayudar a sus equipos a
explorar una amplia variedad de opciones sin juzgarlas.
¿Qué preguntas tiene usted?
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